En sectores del Casco Viejo desde hace una semana se general desbordes cloacales, algo que no venía ocurriendo y por lo general solo se observaba con alguna tormenta que anegaba las calles como sucedió el domingo por la madrugada en Chile y Río Neuquén. En esa misma esquina los vecinos reclamaron al municipio por el olor y los líquidos corriendo por los cordones.
Pero mas allá de esto, hay una explicación de porque sucede esto y si bien las consecuencias están a la vista hoy, la falta de planificación y otros motivos de años anteriores influyeron directamente. El denominado bajo de Centenario es el barrio más histórico y tiene sus cañerías preparadas para una cantidad de conexiones domiciliarias a las que se fueron sumando las de emprendimientos comerciales de gran magnitud y loteos.
Las obras para ampliar el sistema cloacal nunca fueron realizadas como debieran y solo una mejor en el rebombeo conocido como “Ortuño” en el cual los líquidos eran arrojados en el 2023 hacia un desague porque no se amplio la cañería hacia las chacras por la calle 6 y luego la 20 que es donde comenzó a colapsar en noviembre de 2024 y sumó un tenso reclamo de las familias que lo padecen a diario.

En ese rebombeo es donde a raíz de que no deben ser volcados los líquidos crudos a ese curso o hacia el río sin tratar, tal y como lo dispuso Recursos Hídricos y Ambiente de la provincia, con camiones chupa realizan tareas durante todo el día para que no haya rebalses. Trabajadores de Agua y Saneamiento monitorean constante la situación, aunque es de público conocimiento que hasta que sea realizada una millonaria obra de nuevo colector desde esas instalaciones hasta la Plata de Cloacas, solo habrá soluciones parciales a un problema que se veía venir pero que en el 2023 ninguna a ninguna autoridad municipal le importó ya que el by pass iba a un sector oculto.
Funcionarios municipales indicaron que con nuevos materiales realizarán un sondeo de los caños para verificar que tampoco haya taponamientos que provoquen nuevos inconvenientes.