En Navidad la prohibición de la comercialización y uso de pirotecnia no fue suficiente en Centenario y desde el primer minuto del miércoles 25 los estruendos fueron notorios, desde cohetes, fuegos artificiales y bombas de estruendo alteraron a más de uno.
Es que tanto en barrios de la segunda meseta, en las Peatonales y en el Casco Viejo, los ruidos se reiteraron a lo largo de casi una hora, en la calle Belgrano entre las 4 y las 5 eran reiterados y sin que ninguna autoridad municipal interviniera, lo mismo con ruidos de escapes libres. Otro de los inconvenientes es que el número 103 para denuncias constantemente daba fuera de servicio.
Las redes sociales fueron el reflejo de pedidos de empatía por parte de familias con integrantes con especto autista y también con complicaciones en su salud, perros extraviados que escapaban desesperados y también el pedido de mayores controles. Una vecina de la Avenida Libertador decidió hacer una transmisión y “escrachar” a quienes utilizaban artefactos pirotécnicos en las cercanías.