La comunidad educativa de la Escuela Provincial de Educación Técnica (EPET) N°22 apuesta a la expresión artística de las y los jóvenes a través de un laboratorio musical que permite el permanente acceso a instrumentos de música, en un entorno amigable para practicar y aprender de manera colectiva.
La iniciativa surgió a partir de un proyecto institucional del profesor del área de Lenguajes y Producción Cultural, Cesar Ridao, que busca reforzar la creatividad, la autogestión, el sentido de pertenencia al establecimiento y el compromiso con el cuidado de sus espacios.
Ridao explicó que la búsqueda consiste en “ofrecer a los chicos la oportunidad de tener acceso a instrumentos musicales todo el tiempo. Entonces, con el docente del taller de soldadura, Nicolás Ulloa, se nos ocurrió armar soportes para colgar guitarras y ukeleles frente a la preceptoría”.
Allí mismo, también se instalaron y adecuaron nuevos asientos para construir un ambiente cómodo que fomenta zapadas, es decir, improvisaciones en las que un grupo de músicos genera música de forma espontánea, sin previa planificación.

El sentido del laboratorio es que “preceptores, profes y estudiantes compartan lo que saben y se animen a tocar otros instrumentos, que sea un aprendizaje horizontal con muchos facilitadores del conocimiento”, destacó el impulsor del proyecto.
Agregó que, desde la implementación, toda la comunidad educativa “espera que lleguen los recreos para juntarse a tocar; y se generó un espacio de encuentro para hacer canciones todos juntos”.
La iniciativa artística cuenta con la exposición de una guitarra y un ukelele frente a la preceptoría y los demás instrumentos permanecen resguardados en un armario más seguro. La disponibilidad permanente sorprende a las y los jóvenes de los tres turnos, “muchas veces cuando pasan por el pasillo preguntan ‘¿en serio se pueden usar?’».
Dentro de la etapa inicial Ridao explicó que lo central es que todos y todas se acostumbren a que es un espacio de relajación y para aprender desde el intercambio, sin que el profesor de música dirija la práctica. Además, enfatizó que tras el receso invernal seguirán las intervenciones para exponer más instrumentos.

En los inicios de esta novedosa iniciativa se hicieron dos campañas solidarias, una “para la donación de instrumentos averiados y en desuso” y la otra “fue una rifa para pagar a un luthier los arreglos”.
Bajo esa modalidad autogestiva se incorporaron cuatro guitarras, un ukelele, dos melódicas, un charango, un bajo y un amplificador; algunos ya fueron reparados y otros estarán disponibles muy pronto. En paralelo, desde la dirección regional del Distrito VI se entregaron materiales para la EPET N° 22; que son utilizados dentro de las clases y como complemento del depósito que dispone el laboratorio musical.
El amplio listado incluye una guitarra eléctrica y una acústica, diez panderetas de madera, dos cajones peruanos, una conga, dos sets completos de percusión, una decena de melódicas y otra de ukeleles.

La próxima etapa del proyecto prevé ampliar las herramientas artísticas que diversifiquen la exploración sonora fomentando la intención de juego, expresión, aprendizaje y composición.