Un tribunal colegiado fijó 10 años y 6 meses a R.Y.T.R, un sujeto declarado penalmente responsable por abusar sexualmente de una niña de su entorno cercano, en la localidad de Centenario. La sentencia fue comunicada en una audiencia de lectura de veredicto. Durante el alegato del juicio de cesura realizado el viernes de la semana pasada, el fiscal del caso Manuel Islas había pedido que la condena sea de 13 años de prisión efectiva.
En esa audiencia, el representante de la fiscalía detalló las circunstancias agravantes por las cuales pidió la pena: pluralidad de agravantes comprendidos en la calificación legal; reiteración de los hechos en el tiempo; relación asimétrica de poder; condición de vulnerabilidad de la víctima; entre otros.
El defensor de los Derechos de Niñez y Adolescencia, que intervino como querellante en representación de la víctima, en su alegato se pronunció en la misma línea que el Ministerio Público Fiscal. La jueza Estefanía Saulí y los jueces Raúl Aufranc y Luis Giorgetti, fueron los miembros que integraron el tribunal colegiado que estuvo encargado de fijar la pena.
Los delitos por los cuales fue condenado en un juicio son abuso sexual con acceso carnal y abuso sexual gravemente ultrajante, ambos en concurso real y agravados por el vínculo, la guarda y la convivencia preexistente, todo en carácter de autor.
Además, como parte de la sentencia, la condena impuesta deberá ser inscripta en el Registro de Personas Condenadas por Delitos contra la Integridad Sexual (RIPeCoDIS).
El caso
Los hechos que acreditó el Ministerio Público Fiscal en el juicio fueron que el acusado cometió los abusos entre 2021 y 2022, cuando la víctima tenía entre 11 y 13 años de edad, en un domicilio familiar y en un comercio, ambos en la localidad de Centenario. El primer hecho sucedió en la casa, un domingo, en un sector del patio. El segundo, en fecha indeterminada, encontrándose la niña y el imputado en la casa de un familiar, R.Y.T.R le pidió a la víctima que lo acompañara hasta su casa, donde volvió a cometer el abuso.
Luego, los hechos se reiteraron, de manera sistemática, hasta meses previos al develamiento en el año 2022. Para cometer los abusos el imputado aprovechaba cada momento en que quedaba en soledad con la niña. Las situaciones de abuso recién terminaron cuando la niña pudo develar lo que le ocurría a una docente.