Las nuevas generaciones centenarienses tal vez lo desconozcan, pero Centenario tuvo un artista internacional que supo ofrecer sus shows de guitarra en las calles y nunca perdió la humildad que lo caracterizó. José Santamarina murió el martes 21 de enero en Villa Regina, es que su salud comenzó a complicarse en los últimos años y tuvo que dejar de recorrer en su motito la ciudad como muchos lo veían.
El “maestro” también supo trabajar en as chacras como obrero rural donde cosechaba la fruta con esas mismas manos que deleitaban en la guitarra y dejaban a más de uno maravillado. Si tuvo un homenaje en vida cuando Ariel Pérez, del establecimiento El Estribo, en una fiesta patria, lo hizo subir al escenario para entregarle una placa.
Quien lo recordó como emotivas palabras fue Yolanda Solorza, una docente local quien junto a su familia también tuvieron a cargo su cuidado en los últimos años. Sus restos serán velados en Corres Centenario, calle Padre Jacinto Stábile 98, en horario a confirmar.
“Hoy, veintiuno de enero, nos toca despedir al Señor José Santamarina, quien nos supo representar a nivel nacional e internacional a través de su arte, su música. Su talento no solo resonó en nuestros corazones, sino que también llevó el nombre de nuestra tierra a rincones lejanos, convirtiéndose en un embajador de nuestra cultura.
José fue, además, un pionero en nuestra localidad. Fue testigo del arduo trabajo realizado en la chacra de su querido tío Garrido, donde se crio y que se convirtió en el escenario de su infancia. Este lugar, que fue el primer centro de reunión, conocido como la primera ramada, albergó la labor de la cosecha de la fruta, la cual se trasladaba desde el dique Ingeniero Ballester hasta la zona de Nueva España. En esos tiempos, esta actividad no solo nos caracterizaba como una tierra de pioneros, sino que también nos otorgó el prestigio de ser reconocidos por la calidad de nuestra manzana.
Le decimos adiós a un pionero incansable, a un vecino amable, a un artista apasionado y a un historiador comprometido, quien fue testigo de las transformaciones y las historias de los años pasados en nuestra querida colonia. A menudo, como centenarienses, podemos haber sido injustos al no reconocer el camino que recorriste en vida. Sin embargo, ojalá que tu partida nos ofrezca una oportunidad de reflexión, para que no permitamos que la burocracia opaque lo más humano y esencial de nuestra comunidad.
Recordaremos siempre tus melodías y las historias que compartiste, que han dejado una profunda huella en nuestros corazones. En un mundo que a veces parece volverse indiferente, tu legado nos anima a valorar nuestras raíces y a honrar a quienes, como tú, han construido con esfuerzo el presente. Que tu espíritu encuentre paz y que tu música continúe resonando en nuestras memorias y en las de las futuras generaciones. Adiós, querido José. Tu legado vive en nosotros” sostuvo.