En la Comisaría Quinta de Centenario se vivió uno de los días con mayor tensión y hermetismo el lunes 11 pasadas las 18:45 cuando un celador fue tomado de rehén por 13 presos que estaban alojados en la alcaidía. Si bien no fue agredido en ese momento la situación iba escalando ya que pedían elementos como mesas y sillas, también mejores condiciones edilicias.
Mientras adentro todo era incertidumbre afuera arribaban efectivos policiales del Departamento Metropolitana y el Grupo Especial Antimotines (GEAR), también fueron convocados bombero del Cuartel Central de Neuquén porque no se sabía si los reclusos podían incendiar colchones.
La calle Islas Malvinas, Belgrano y San Juan Bosco, fue cortada y también arribaron comisarios, entre ellos el Coordinador de la Zona Periferia II, Félix Caporaso y el comisario mayor Leonardo Muñoz quien se puso al frente del operativo que incluyó un gran despliegue en ese sector del Casco Viejo.
Alrededor de las 23 hs. el sargento tomado como rehén, de apellido Riquelme, fue finalmente liberado, no presentaba heridas y fue llevado rápidamente en un patrullero al Policlínico de Neuquén, se encontraba en shock. Familiares de el aguardaban afuera y su madre debió ser asistida por una crisis de nervios.
Entre los presos alojados se encuentra uno de los asesinos del agenciero neuquino Miguel “El Ruso” Auer quien había iniciado una huelga de hambre hacía una semana, también otros condenados por crímenes cometidos en Buenos Aires y Chubut.
Lo ocurrido pone de manifiesto lo que sucede e muchas de las comisarías neuquinas con superpoblación en los pabellones y con peligrosos condenados por la justicia que claramente debiera estar en cárceles de máxima seguridad y no en unidades policiales que apenas cuentan con lugar para alojar delincuentes a diario.