Neuquén atraviesa un cierre de año intenso, pero también decisivo. En un contexto nacional de tensiones y debates abiertos, el gobernador Rolando Figueroa instaló una idea que cobró fuerza política: la construcción del país que viene exige trabajar sobre las coincidencias y discutir de manera madura las diferencias. Esa señal, expresada con claridad tras su encuentro con el ministro del Interior, Diego Santilli, sintetiza el rol que Neuquén busca ocupar en la mesa nacional.
“Hay muchos puntos de mirada de crecimiento que coinciden, y hay algunos que a lo mejor no”, resumió Figueroa al término de la reunión realizada en la residencia de la Costa, en Neuquén capital. En tiempos en que la política nacional suele moverse entre extremos, el mensaje fue directo: no se trata de negar diferencias, sino de debatirlas sin romper puentes. “Es importante trabajar sobre las coincidencias y avanzar en ellas”, insistió el mandatario, y remarcó que el diálogo es el único camino posible.
La visita de Santilli, realizada un sábado y sin la rigidez habitual de las agendas oficiales, fue bien valorada por los analistas políticos (que sabían que Figueroa ya había dicho que no quería saber nada con la grieta). Hasta dónde se sabe, hablaron de coparticipación y del Presupuesto 2026. Pero más allá del temario, lo relevante fue el clima político: dos administraciones dialogando sin imposiciones, con margen para plantear divergencias y sin el ruido permanente que impone la dinámica nacional. Un gesto que no pasó inadvertido.

Figueroa reforzó allí su convicción de que “Neuquén va a cumplir un rol fundamental en el diseño y en la construcción de la nueva Argentina”. Esa afirmación se sostiene en la gestión provincial, que logró equilibrio fiscal sin detener la obra pública, que ordenó sus cuentas sin desatender áreas sensibles y que sostuvo un modelo de desarrollo que se amplía más allá del petróleo y el gas. La provincia reclama lo que le corresponde, pero también propone y colabora.

La agenda de Figueroa no se agotó con el ministro del Interior. Unas horas antes se había reunido -en Chos Malal- con el presidente y CEO de YPF, Horacio Marín, para avanzar en obras estratégicas como la segunda etapa del asfalto de la Ruta 7 en el tramo Cortaderas. Esa inversión, financiada por la petrolera, no sólo potencia la infraestructura para la industria hidrocarburífera, sino que integra territorios y acorta distancias dentro de la provincia. El trabajo coordinado con las operadoras de Vaca Muerta en beneficio de la sociedad (en este caso con la pavimentación) fue elogiado por Santilli.
Figueroa ha logrado que las petroleras se integren a la sociedad neuquina. Y en esa lógica, las empresas del sector también acompañan con acciones como el financiamiento de las becas estudiantiles Gregorio Álvarez, que garantizan trayectorias educativas completas. Con diálogo, acuerdos y debate responsable, Neuquén avanza hacia una nueva etapa política.
Desde diciembre contará con representación parlamentaria propia en el Congreso de la Nación, una herramienta que ampliará su capacidad de influencia. La provincia se posiciona, así, como un actor que no busca imponer, pero tampoco callar: acuerda donde puede, discute donde debe y avanza donde encuentra coincidencias. En un país que redefine sus consensos, Neuquén juega sus cartas.














