En la zona de las calles Estados Unidos y Brasil los vecinos están más tranquilos luego de que el Jueves Santo en horas del mediodía el antiguo bar de la familia Alarcón, el cual estaba lleno de recuerdos y anécdotas cuando Centenario aún era pueblo, fue demolido. Es que la historia no se borrará fácilmente y en la memoria de muchos está Doña María y también el apodado «Ratón», mas allá de que en los últimos años los dueños de lo ajeno habían convertido esa esquina histórica en un aguantadero y tenían al barrio en vilo.
Muchos de los que llegaban al lugar eran trapitos, pero también frecuentaban delincuentes y los robos habían aumentado considerablemente para vecinos que viven en las cercanías y salían de sus casas con el temor de regresar y que algún elemento faltara. El último robo ocurrido en la madrugada del jueves puso al límite la paciencia y decidieron poner manos en acción.
Las actuales propietarias del terreno, cuatro hermanas adultas mayores de la familia, acordaron con los vecinos del sector demoler la antigua construcción y así evitar nuevas usurpaciones y que el tan conflictivo aguantadero llegue a su fin.
Con la presencia de comisarios, efectivos policiales de la Comisaría Quinta, personal del EPEN y muchos curiosos que observaban desde la Plaza Chos Malal que está ubicada enfrente, una máquina contratada se encargó de los trabajos de demolición.
Entre el polvillo apenas cayeron las paredes y el techo, se podía sentir parte de ese Centenario donde todos se conocían y las primeras familias del Barrio Sarmiento no sufrían hechos delictivos constantes.
Eso sí en los últimos la Policía actuó de manera rápida y ante cada requerimiento hubo respuestas destacó un vecino histórico del lugar que celebró la decisión de la familia para evitar nuevos conflictos.
